A veces hay canciones que uno no puede sacarse de la cabeza, pero en oposición, hay canciones que uno necesita para poder seguir vivo. Eso me pasó hace tiempo, en el tiempo en que cerré la puerta y la ventana y me quedé sólo conmigo mismo... cada noche era un martirio... ojalá no estés pasando por lago así ahora Señorita Sarang Jung... ante esas cosas uno no puede hacer nada... es como caer en el pozo que tu mismo cavaste. Es triste y es frustrante.... pero sólo uno mismo puede salir de allí. Yo literalmente fui a ver al doctor, pero no muchos suelen hacer cambios tan drásticos. No muchos sienten placer al ordenar cosas y tienen problemas para diferenciar impulsos de emociones. En fin, cada cabeza es un mundo.
Pero hay algo curioso, algo más acerca de este tema. Le escribí un mail a la página de información de los Dears el 15 de febrero, un día después de su concierto en el Lunario. Fue una verdadera lástima que a pesar de haber tenido a mi ídolo enfrente durante la firma de autografos no se me ocurriera decir nada más relevante... lo que quería decir era gracias, o Thank you, como sea... quería agradecerle a Murray Lightburn por haber escrito esta canción que en más de una forma me salvo. Diría sin temor a exagerar que esta canción me salvó la vida.
Lo mejor: de pronto se apagan las luces, la gente se inquieta, la molesta banda que abrió (lo lamento pero las bandas desconocidas que abren siempre son molestas para los fans enardecidos como yo) por fin se había marchado y de pronto, de la nada, empieza a sonar un órgano... o un teclado... o un sintetizador, no se diferenciarlos a la perfección. Y como poseso, grito: ¡Savior! Una buena parte de la audiencia no entendía que estaba pasando, una buena parte de la audiencia no acudió a escuchar Missiles, acudió a escuchar 22: The death of all the romance y al final se les hizo, pero yo, un fan de a deveras, un fan que consiguió el disco un mes antes de que saliera oficialmente, que lloró las nuevas canciones y que también vivió el éxtasis, un fan como yo no podía quedarse impávido... mucho menos cuando detrás de mí, justo caminando en línea recta hacia el micrófono principal y mirando con esa mirada desposesa que sólo un artista en el éxtasis de la creación podría tener, se aproximaba a mí el hombre por el que había estado cantando desde hacía dos o tres años, el único, con su clásica indumentaria negra, con esa chamarra negra de cuero que nunca se quita pero sobre todo con esos ojos sinceros... que aunque perdidos en la inmensidad del yo, estaban presentes y apuntaban como proféticos hacia la escena. Volví a gritar y quizá hasta me haya convertido en una incomodidad... pero ya era demasiado tarde, yo ya estaba fuera de mí mismo, ya estaba en otra dimensión. Murray Lightburn se detuvo junto a mí y mientras se asía de una chica (que, maldición, en ese momento deseé ser una chica para que me hubiera abrazado a mí) y cantaba a todo pulmon "I'll make it righ" podía sentir una energía extraña invadiendome, definitivamente ya no era yo, se trataba de una persona más, de un loco que gritaba una octava más arriba para sobresalir entre los desafinados coros que en ese momento sólo eran un estorbo para esa conexión que quería establecer con mi dios, que dios por un día mejor que dos...
y así empezó una noche inolvidable, que generó deudas que aún tengo que pagar -soy un pésimo solventador de deudas- y que me dejó con una extraña sonrisa al final.
Pero hay algo curioso, algo más acerca de este tema. Le escribí un mail a la página de información de los Dears el 15 de febrero, un día después de su concierto en el Lunario. Fue una verdadera lástima que a pesar de haber tenido a mi ídolo enfrente durante la firma de autografos no se me ocurriera decir nada más relevante... lo que quería decir era gracias, o Thank you, como sea... quería agradecerle a Murray Lightburn por haber escrito esta canción que en más de una forma me salvo. Diría sin temor a exagerar que esta canción me salvó la vida.
Lo mejor: de pronto se apagan las luces, la gente se inquieta, la molesta banda que abrió (lo lamento pero las bandas desconocidas que abren siempre son molestas para los fans enardecidos como yo) por fin se había marchado y de pronto, de la nada, empieza a sonar un órgano... o un teclado... o un sintetizador, no se diferenciarlos a la perfección. Y como poseso, grito: ¡Savior! Una buena parte de la audiencia no entendía que estaba pasando, una buena parte de la audiencia no acudió a escuchar Missiles, acudió a escuchar 22: The death of all the romance y al final se les hizo, pero yo, un fan de a deveras, un fan que consiguió el disco un mes antes de que saliera oficialmente, que lloró las nuevas canciones y que también vivió el éxtasis, un fan como yo no podía quedarse impávido... mucho menos cuando detrás de mí, justo caminando en línea recta hacia el micrófono principal y mirando con esa mirada desposesa que sólo un artista en el éxtasis de la creación podría tener, se aproximaba a mí el hombre por el que había estado cantando desde hacía dos o tres años, el único, con su clásica indumentaria negra, con esa chamarra negra de cuero que nunca se quita pero sobre todo con esos ojos sinceros... que aunque perdidos en la inmensidad del yo, estaban presentes y apuntaban como proféticos hacia la escena. Volví a gritar y quizá hasta me haya convertido en una incomodidad... pero ya era demasiado tarde, yo ya estaba fuera de mí mismo, ya estaba en otra dimensión. Murray Lightburn se detuvo junto a mí y mientras se asía de una chica (que, maldición, en ese momento deseé ser una chica para que me hubiera abrazado a mí) y cantaba a todo pulmon "I'll make it righ" podía sentir una energía extraña invadiendome, definitivamente ya no era yo, se trataba de una persona más, de un loco que gritaba una octava más arriba para sobresalir entre los desafinados coros que en ese momento sólo eran un estorbo para esa conexión que quería establecer con mi dios, que dios por un día mejor que dos...
y así empezó una noche inolvidable, que generó deudas que aún tengo que pagar -soy un pésimo solventador de deudas- y que me dejó con una extraña sonrisa al final.
M.- Hey, how're you doin' buddy?
E.- Hi... fine... would you mind to sign my cd?
M.-Shure
E.-wow... you know... I think you're the best singer I've ever heard...
M.- (modestly laugh)
Bassist Girl.-He's the best singer ever!
All.- (Kindly laughing)
E.- Yeah, shure. Bye.
The dears - Savior
Once had a saviour
from child to teenager
but now I'm a man,
a full grown man.
Spirit's been crippled
and feeling a little...
a little run down.
Could blame the devil
he gave me the shovel
to dig my own grave.
You'll have to forgive me.
Just have to forgive me.
I'll make it right.
I'll make it right.
I'll make it through.
I'll make it right.
Came home from the doctor
feeling a bit stronger.
Tears in my eyes,
my swollen eyes.
It was my decision
to fill the prescription.
Well, I had not choice.
I had no choice,
yes, I am sinner
ain't no beginner
but I'm paid up in full.
Until the next time.
And there will be a next time.
I'll make it right.
I'll make it right.
I'll make it through.
I'll make it right.
This time.
This time.
This time.
This time.
This time.
This time.
Salvador
Una vez tuve un salvador,
de niño a adolescente.
Pero ahora soy un hombre,
un hombre adulto.
Los espíritus han sido lisiados,
y se sienten un poco...
un poco decaidos.
Podría culpar al diablo
el me dio la pala
para cavar mi propia tumba.
Tú tendrás que perdonarme.
Tienes que perdonarme.
Voy a hacerlo bien.
Voy a hacerlo bien.
Voy a lograrlo.
Voy a hacerlo bien.
Vine a casa de ver al doctor,
sintiéndome un poco más fuerte.
Lágrimas en mis ojos,
mis hinchados ojos.
Fue mi decisión,
llenar la prescipción.
Pero, no tenía otra opción.
No tenía opción.
Si, soy un pecador,
y no un principiante
pero estoy pagado completamente.
Hasta la próxima vez.
Y va a haber una próxima vez.
Voy a hacerlo bien.
Voy a hacerlo bien.
Voy a lograrlo.
Voy a hacerlo bien.
Esta vez.
Esta vez.
Esta vez.
Esta vez.
Esta vez.
Esta vez.
from child to teenager
but now I'm a man,
a full grown man.
Spirit's been crippled
and feeling a little...
a little run down.
Could blame the devil
he gave me the shovel
to dig my own grave.
You'll have to forgive me.
Just have to forgive me.
I'll make it right.
I'll make it right.
I'll make it through.
I'll make it right.
Came home from the doctor
feeling a bit stronger.
Tears in my eyes,
my swollen eyes.
It was my decision
to fill the prescription.
Well, I had not choice.
I had no choice,
yes, I am sinner
ain't no beginner
but I'm paid up in full.
Until the next time.
And there will be a next time.
I'll make it right.
I'll make it right.
I'll make it through.
I'll make it right.
This time.
This time.
This time.
This time.
This time.
This time.
Salvador
Una vez tuve un salvador,
de niño a adolescente.
Pero ahora soy un hombre,
un hombre adulto.
Los espíritus han sido lisiados,
y se sienten un poco...
un poco decaidos.
Podría culpar al diablo
el me dio la pala
para cavar mi propia tumba.
Tú tendrás que perdonarme.
Tienes que perdonarme.
Voy a hacerlo bien.
Voy a hacerlo bien.
Voy a lograrlo.
Voy a hacerlo bien.
Vine a casa de ver al doctor,
sintiéndome un poco más fuerte.
Lágrimas en mis ojos,
mis hinchados ojos.
Fue mi decisión,
llenar la prescipción.
Pero, no tenía otra opción.
No tenía opción.
Si, soy un pecador,
y no un principiante
pero estoy pagado completamente.
Hasta la próxima vez.
Y va a haber una próxima vez.
Voy a hacerlo bien.
Voy a hacerlo bien.
Voy a lograrlo.
Voy a hacerlo bien.
Esta vez.
Esta vez.
Esta vez.
Esta vez.
Esta vez.
Esta vez.
1 comentario:
Esteban? Ami también me ha salvado la vida.justo hoy, pense en llamarte pero no pude.
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